Hace mucho no le dedicaba un rato a
escribir lo que pienso o las experiencias que vivo. Mas bien por vagancia o
alguna otra excusa que no me viene a la mente en estos momentos. La vida
continua y en los últimos años la sigo disfrutando con mucha más pasión cada
día.
La última vez que escribí aquí estaba
viviendo en Ohio. En el trayecto de estos años uní mi vida a una mujer
maravillosa que ustedes la conocieron como la Jibara que también escribe en
este blog. Vivimos en Ohio unos años y luego nos decidimos mudar a Florida.
La bella Florida con su calor tropical y
nuevas perspectivas y expectativas. Dejamos atrás el frio de Ohio, pero también
dejamos a muchos amigos/hermanos de vida que, a la verdad, mirando hacia atrás
nos hacen mucha falta. Pero el calor y las nuevas expectativas pudieron más.
Estaríamos más cerca de nuestra Isla Puerto Rico, sería más económico darnos un
brinquito de vez en cuando y sería más fácil que mi jibarita que vive en la
isla me visitara.
Cuando llegamos a Florida salíamos de un
frio del 28f grado y llegamos a unos cálidos 68f. Vamos bien pensamos. Cuando
uno se muda entra en un ajetreo de mudanza de conocer el lugar y poner todo
donde va. El mudarnos también trajo un nuevo role de trabajo para mí, el cual,
al ser la misma compañía, pero era otro producto y otras responsabilidades. Una
de esas responsabilidades fue que empezaría a viajar más frecuente y eso fue a
la semana de haber llegado. A la semana de haber llegado a Florida central
rentamos un apartamento en Júpiter. Un área muy bonita y de playas. Mis dos Jibaras les encanta la playa por eso escogimos esa área. Esa misma semana que
rentamos el apartamento y sin haberlo estrenado bien tuve que montarme en un
avión para México. Deje a mis Jibaras a cargo de poner todo en su lugar y
acomodar todo. La jibarita pequeña empezó en su nueva escuela y mi Jibara empezaba
su nueva búsqueda de trabajo.
Los viajes fueron incrementando. No
llegue bien a México cuando mi nueva jefa que la vine a conocer en persona en
el lobby del hotel de la ciudad azteca me informa que se le había olvidado
decirme que me necesitaba el lunes en Costa Rica. Bueno y comenzó una rutina de
salir de florida domingo o lunes y llegar de vuelta viernes o sábado. Esto duro
como tres meses. La vida esta continua y no se detiene de enseñarnos y de
vivirse. En todo ese tiempo mis Jibaras seguían en su nuevo apartamento (Mucho
más pequeño que la casa en Ohio, pero eso es otro blog). La pequeña en su nueva
escuela y la grande dedicando sus días a buscar trabajo y viendo los malabares
de donde acomodar cajas de una casa de cuatro cuartos en un apartamento de 2
habitaciones.
Luego de tres meses de viajes y con
menos de un mes de vida continua en nuestro nuevo hogar. Llego a este a
continuar con mi vida normal y convivir de manera más permanente ya que los
viajes continuarían, pero no tan seguidos. Mi primer “reality check” todo
estaba bello y precioso. Teníamos cajas decorado áreas de la casa que
usualmente no tendrían, pero tengo que decir que mi Jibara hizo de tripas corazones. Le quise cocinar a
mis damas mi famoso arroz con gandules. No sabía dónde estaba nada. Me sentí
como viendo en casa ajena, si les soy sincero jamás pude sentirme como en casa
en el año que vivimos
en ese apartamento.
Con el tiempo mi Jibara no podía conseguir trabajo y lo primero que
consiguió fue en Tampa. Fue toda una experiencia para todos. Ella tenía que
irse lunes y regresaba viernes o sábado viviendo la vida “glamorosa” de los
hoteles. Lo cual en realidad es agradable unas semanas, pero con el tiempo se
acaba la magia. Mientras yo bregaba con la jibarita y comida y todo lo demás
que esa responsabilidad acarrea. Eso lo mantuvimos por tres meses y luego ella
consigue un trabajo también por contrato, pero este le permitiría estar todos
juntos. No quiere decir que alla sido color de rosa. El nuevo trabajo era a una
hora y media del apartamento y esto traía sus propios retos.
La vida de ahí nos llevó a una nueva
casa menos lejos para ella ya estaría a una hora y cuarto. Quise minutos hace
la diferencia los viernes o sábados cuando uno sube cansado de una semana de
trabajo. Todo esto ella continuaba buscando un trabajo más cerca o permanente
para poder tener un poco más de estabilidad. Poco a poco fuimos conociendo la
otra realidad de Florida y así empezamos a ver el precio que se paga viviendo
acá. Ya los amigos están lejos y el estado es bien impersonal, todo cuesta
mucho dinero y no hay un sentido de empatía ni de comunicad. Nunca nos pudimos
sentir como en casa. Lo único bueno que encontrábamos era que estábamos a 3
horas de los parques temáticos, pero tampoco uno puede ir mucho por el alto
costo que esto representa.
La búsqueda de mi Jibara era difícil llegamos al punto de empezar a
buscar en otros lados. Mientras buscaba nos enteramos de que la familia pronto
se le incorporaría un nuevo miembro. Mi Jibara estaba Preña. Unos meses la llamaron de una
compañía la cual ya ella conocía muy bien en California. Ella quedo encantada
con la oportunidad y me lo comenta. Como siempre hemos dicho: sométete al
proceso a ver. Que para decir que no siempre hay tiempo. El proceso siguió y la
llamaron para que fuera a una entrevista presencial. Ahí ella se fue un jueves
para su entrevista viernes y nosotros nos fuimos viernes para ver que tal era California.
Mi Jibara tuvo su entrevista y nosotros nos fuimos a dar vueltas y conocer un
poco más.
De más está decir que nos encantó. Vimos
lo que extrañábamos de Ohio. Familias compartiendo, mucha alegría, juventud y
unas áreas con mucho desarrollo. Bueno el próximo mes fue de decisiones y
retos. Cuento largo corto ya llevamos 6 meses viviendo en California. Y hace cuatro
meses nació nuestra nueva Luna. Una pequeña damita que llego a nuestras vidas a
alegrarnos más. Nos ha llenado de mucho trabajo y mucho amor. La jibarita
(hermana) grande la adora y juega mucho con ella. Siempre hay celos, pero es
parte del ser padre. Y mi Jibara Mayor alias mi princesota todavía no la
conoce. Ya les contare.
California (Sur) donde vivimos vemos
mucho desarrollo y mucho trabajo. La competencia es férrea en las compañías
buscando el mejor de los recursos. A diferencia de Florida que la paga es bien
baja y no hay mucho trabajo acá la paga es mucho mejor y puede que hasta puedas
escoger donde quieras trabajar porque consigas más de una oferta. Las diferencias
están en que las propiedades son mucho más costosas (al borde de lo ridículo) y
la distancia entre nuestro terruño es mayor. Al vivir lejos de Los Ángeles (2
hr.) no vemos el tráfico tan complicado, el smog y el bullicio de la gran
ciudad. Vivimos en una ciudad de mayoría asiática así que nos vemos inmersos en
una cultura que solo conocemos por la combinación de carne ahumada y “egg role”.
Nuestra niña tiene compañeras de clases de: Corea, Japón e India y esa
interacción es enriquecedora. Por ahora los primeros seis meses van muy bien.
También es complicado el cambio de horario, Acá ahora mismo son tres horas de
diferencia vs. Puerto Rico y en invierno son cuatro horas. Por tanto, hay que
tener cuidado al llamar a la Isla o viceversa nuestras ocho de la mañana es su
medio día.
Gracias, por leer mis cortas palabras,
pero no podía dejar de pasar la oportunidad de que supieran que los Jibaros en
la Luna ya tiene a otra Luna (nombre real) en su familia.
Saludos,
Jibaro