A donde más
vamos a llegar. Joseph Acabá llego al espacio y ahora yo voy a una comunidad de
Amish. No quiero que piensen que me quiero comparar con el Sr. Acaba que es para mí un ejemplo
de determinación y de decisiones de vida. Solo que es un Jibaro que llego lejos, literal. Demostrando que caminando hacia un
destino se llega tarde o temprano.
Aparentemente
todas mis historias o escritos empiezan con una invitación y esta no es la
excepción. Recibo una llamada preguntándome si quiero ir a un poblado Amish a
ver “una fábrica de quesos” y comer en un restaurant. Como dice una querida
amiga “Va” (termino de aceptación). Me pongo a ver un poco más si adentrarme
mucho en historias ni razones en que son los estas comunidades y a que se
dedican y les soy sincero desarrolle un gran respeto por ellos. Estos deciden
vivir sus vidas sin adelantos tecnológicos. Con esto quiero decir, No agua
caliente, No celular, No teléfono y la mayoría de los trabajos son manuales.
Para ponerles solo un ejemplo los mismo no usan automóviles para su
transportación si no que unos “buggies”
que son tirados por caballos. Estos tienen “adelantos” modernos como
frenos y luces de seguridad etc. Pero es interesante encontrarse uno en la
carretera, no deja de llamar la atención.
Retomando
la historia me entero varios días antes del sábado que iríamos al lugar que es
un pueblo a cuatro horas de distancia de donde vivo. Si, CUATRO horas. Bueno ya
había dicho que iba a ir, y tenia curiosidad de ver cómo vivian los Amish. Llegó el día, nos reunimos en el punto de encuentro a las nueve de la mañana.
Pensando que teníamos de frente un camino laaargo, me acorde de las salidas a la
“isla” que hacia cuando pequeño que me levantaban al amanecer para ir a San
Sebastián, y por la piquiña. Con la diferencia que esta vez una mujer sabia dijo: “bueno salimos
o nos vamos a desayudar” palabras mágicas, Sabes que a un jibaro le mencionas
comida y este solo dice: “donde es la fila”. Una hora después y como se dice en
la isla, salimos como sapo e' letrina, ahora sí que
podemos salir para donde sea. Para ser el cuento largo corto, llegando al lugar
vimos algo así como un “flea Market” manejados por Amish y gracias a dios que
nos detuvimos.
Aquí
pasamos un tiempo bien agradable. Vimos un área que tenían animales para que
los grandes y niños les dieran de comer a estos. Aquí me encuentro a “Big Ben”
este es un caballo que pesa 3,000 libras y en sus dos patas mide poco mas de 19
pies. Ni los caballos de la famosa cerveza son tan grande como “Big Ben”. Vimos
trabajos en madera, canastas, vegetales, conservas y quesos. También vimos a un
singular caballero que hacía “Kettle Corn” esto un “pop corn” con sal y azúcar.
Luego de
esto nos fuimos a la “fabrica de quesos” no quedaba muy lejos, parecía un
pueblo de Suiza, digo creo, porque nunca e ido, pero si e visto fotos de una
bella amiga que vive allí (en Suiza). Con una nota al calce esa es otra Jibara que nos
representa por allá, pero esa es otra historia. Entramos a la “Fabrica de
quesos” y termino siendo una tienda que vende quesos y otras cosas relacionada, los quesos son fabricados
en sus mismas facilidades pero estas no es abierta para visita turistica. Ujuuuu,
cuatro hora para comprar quesos que muy bien podría comprar en un supermercado
internacional que tengo a 20 minutos de donde vivo. Pero siendo justo, el viaje
estuvo excelente. Luego de esto nos dirigimos a un restaurant Suizo en el cual
celebramos el cumpleaños de un adolecente que estaba con nosotros y este
cumplió 86 primaveras.
Después de
esto no quedo más que volver a nuestro punto de partida. Con una bolsa de queso
y una gran satisfacción de haber visto y hasta cierto punto compartido con esta
comunidad de personas valiosas y valientes que deciden vivir como sus
antepasados así dispusieron.
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